Remehibe

miércoles, 31 de octubre de 2007

BOSTON. . . 2 EN 4.

Monterrey, Nuevo Leon.

31 de Octubre del 2007.
Por: Oscar Iván Villarreal.

Los pronósticos se cumplieron esta vez, las sorpresas se quedaron guardadas para mejor ocasión y la calidad se impone. Medias Rojas de Boston con una soberbia demostración de calidad y ejecución casi perfecta, línea por línea logran su segundo campeonato en estos últimos cuatro años.

Señoras y señores, amables aficionados, el mejor béisbol del mundo tiene un nuevo campeón, los Medias Rojas de Boston, al barrer en forma contundente a los talentosos Rockies de Colorado.

Una serie que al principio, a mí en lo particular, me parecía muy buena y atractiva, probablemente para la mayoría de los conocedores no tanto. Me atraía porque bien o mal, chueco o derecho eran los dos mejores equipos de ambas ligas, los que mejor momento tenían y sobre todo, porque era el enfrentamiento entre las dos teorías que existen no nada más en el béisbol, sino en el deporte profesional. Por un lado el presupuesto, el dinero de Boston y por el otro. el talento, la juventud y dinamismo de Colorado, un equipo que no lo considero pobre, sino que al igual que Arizona, Cleveland, etc., destinan la mayor parte de sus presupuestos en la producción de jugadores y/o cambios, compras etc., pero que para nada exceda o ponga en riesgo el mismo presupuesto, de ahí, que a mi gusto resultaba atractiva esta final. Dos teorías diferentes pero iguales de exitosas.

El resultado, ya lo conocemos. Creí que los Rockies darían más pelea. Boston fue un equipo arrollador en todos los aspectos, un equipo imponente, embalado, conjuntado, con calidad en todos los aspectos, es verdad, es una novena que gasta mucho dinero, pero a diferencia de otros equipos que también gastan, me parece que esta inversión tiene sentido y es mucho más cerebral, difícilmente se le veía algún punto débil.

El trabajo de Tery Francota se me hizo realmente estupendo, usted puede decir que con ese equipo cualquiera gana, pero considero que su trabajo es digno de resaltar, movió sus piezas como un auténtico juego de ajedrez, sobre todo en Colorado, le dio la confianza desde el principio del año a un joven talentoso como Justin Pedroia, que al final fue clave y contrario a lo que muchos hubieran hecho, se la jugó con un novato como Jacoby Elsbury ( sorpresa y descubrimiento de esta serie), de extraordinarias facultades, dejando a un experimentado Coco Crisp para ocasiones especiales.

Colorado, por su parte, perdió porque pago su inexperiencia, su novatez. En el momento en el que debieron ejecutar jugadas claves no supieron como hacerlo, posiblemente tanto tiempo de descanso les haya afectado, pero considero que lo principal es que se enfrentaron a un verdadero equipo, no hay similitud en enfrentar a Philadelphia y Arizona que ponerse de tú a tú con Boston, para mí ese fue un gran factor.

Como lo mencione en párrafos anteriores, Medias Rojas realizó un trabajo extraordinario, encabezados por una directiva muy capaz, inteligente, liderados por el magnate John Henry, no se si Shilling regrese, por ahí Mike Lowell, el más valioso, para su servidor más que merecido, será agente libre y por ahí algunos otros jugadores que pudieran cambiar de destino, pero si se mantiene esa mística ganadora y ese buen proceso de trabajo podríamos ver el inicio de una dinastía, si es que los demás equipos llamados “grandes”, llámese Yankees, Mets, etc., no se aplican.

Para los Rockies, que de cualquier manera hicieron un gran trabajo, considero que deben de estar tranquilos y orgullosos, no es fácil perder y menos de la forma en que perdieron, pero son un equipo joven y con grandes facultades, proyección y dinamismo, son una gran parte del nuevo movimiento, moda y forma de trabajo que mencionaba en un principio, si siguen trabajando igual tendrán un mismo futuro prometedor que los mismos Indios y D-backs que se quedaron en el camino, pero mostraron un gran trabajo, igual de cerebral, conjugando el verbo ganar y forjando al mismo tiempo un futuro prometedor y eso, es muy difícil de lograr.

De igual manera devolvieron a sus fanáticos esa emoción, adrenalina y felicidad que muy pocos pueden presumir. Colorado entero volvió a vibrar y a soñar, como solamente lo habían hecho con John Elway y sus Broncos hace algunos años. El fanático rockie debe estar orgulloso y tranquilo, pues su equipo, demostró que hay material humano para que juntos, unidos, sueñen. . . por muchos años más.

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