Remehibe

viernes, 18 de enero de 2008

Yankees… y Mantle

Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Encontré el correo de Pancho Casanova donde me invitó a “refrescar” la memoria de los Yankees de NY entre los 50´s y 60´s:

“Estimado Jesús

Vi las fotografías y los grabados de Mickey Mantle y
me fui rápido hasta la época de mi preadolescencia
impregnada de béisbol gracias a este carismático y
poderoso bateador de los Yanquis.

Recuerdo que en esa época había un pitcher, Withey Ford y un primera base, Joe Pepitone, pero también otro bateador, Roger Maris, que daban un gran espectáculo en las Ligas Mayores.

No se si estarán en orden mis recuerdos, pero me
gustaría mucho, Jesús, que nos hablaras de Mantle, y de ese cuadro y ese equipo que fue de los aguerridos Yanquis, donde creo, Yogui Berra, aún era el cátcher.

¿Qué ha sido de ese gran pelotero y de todos aquellos Mulos que dejaron su huella en aquella inolvidable época?

Tal vez fue el 60 0 el 61, no recuerdo bien. Pero esas fotografías son un buen pretexto para desempolvar toda esa información.


Saludos

Pancho Casanova.

Claro que si, Pancho. Ya empezamos y hoy continuamos. ¡Y si leyeras lo que me acaba de enviar Toño Elizarrarás!; queda pendiente (¿mañana?) porque en verdad emocionan sus palabras y recuerdos). Es cuestión de que me den permiso, ¿no?

Prosigamos:

Yankees-Bravos

En 1975 una vez más los Yankees repitieron el trono en la Americana pero en la Serie Mundial se encontraron con los Bravos de Milwaukee y…. Hank Aaron.

Bueno, pues el orgullo de Mobile, Alabama, nomás les bateó .393 (el mejor del Clásico), con once hit, siete impulsadas, tres jonrones y cinco anotadas, además de ser dominados por el pitcheo de Warren Sphan y Lew Burdette, quien les ganó tres veces, con una blanqueada.

Esta vez, Ford y Larsen no pudieron contra el embate Bravo y cayeron en siete.

Sin embargo el 58 vino la revancha contra los mismos Bravos a quienes vencieron en siete partidos luego de levantarse del 1-3 que tenían en contra, como lo habían hecho los Piratas del 25.

Hank Bauer pegó cuatro jonrones; Mantle conectó dos en el segundo partido y Stengel llegó a siete Clásicos ganados empatando a Joe McCarthy.

Dodgers y Gigantes a California

1958 representó el histórico año histórico en que Dodgers de Brooklyn y Gigantes de Nueva York se mudaron frente a las costas soleadas de Los Angeles y San Francisco, dejando gratos recuerdos en el Hebbets Field y el Polo Grounds.

Todos coinciden en que el traslado de las franquicias más viejas de la Liga Nacional que se mantuvieron en la Urbe de Hierro a lo largo de 75 años, realmente impactó y cambio la cara del beisbol de Ligas Mayores.

Terminaba frente a la Estatua de la Libertad una tradicional e histórica rivalidad entre ambas franquicias de Nueva York y de Ligas Mayores.

La ciudad más grande de Estados Unidos y los famosos Yankees se quedaban solos en la Liga Americana... hasta el arribo cuatro años más tarde de los Mets de Nueva York, sí aquellos que iban a ser los “Milagrosos del 69”.



Récord de entrada

El 6 de octubre de 1959 en el Coliseo de Los Angeles y en el quinto partido contra Medias Blancas, los Dodgers establecieron el récord de mayor concurrencia un partido de Serie Mundial, con 92 mil 706 aficionados. Los patipálidos ganarían 1-0.

También en ese año ocurrió algo para la historia... y Ripley: El 26 de Mayo, el pirata Harvey Haddix lanzó juego perfecto durante 12 episodios frente a Milwaukee... y perdió en el treceavo debido a un error, un sacrificio y un cuadrangular de Joe Adcock... que se convirtió en doble cuando el toletero de los Bravos rebasó a Hank Aaron en las bases.

El jonrón de Mazeroski

El 60 los Mulos también llegaron al Clásico.

Pero el histórico cuadrangular de Bill Mazeroski contra Ralph Terry al cierre de la novena del séptimo partido, los dejó cimbrados en el terreno de Pittsburgh para para dar de último momento el título mundial a los Piratas de Danny Murtaugh en otra de las finales más dramático e inolvidables en la historia de Series Mundiales.

Yanquis estuvo en plan poderoso: Anotaron 55 carreras por 27 de Piratas; 91 imparables contra 60; pegaron 10 jonrones, seis más que Pittsburgh, con palizas de 16-3, 10-0 y 12-0.

Mantle, quien en campaña fue líder jonronero con 40, además de producir 112, sacó tres jonrones y anotó ocho veces; Ford ganó dos partidos sin derrota y dejó su efectividad en 0.00 porque no le anotaron en 18 inings.

Incluso Bobby Richardson, con todo y que jugó para el equipo perdedor, fue nombrado el Jugador Más Valioso por sus 12 impulsadas. Nunca se ha repetido esta clase de nominación.

Fue la última Serie Mundial de Stengel con Yankees, que en ese año contaron con el poderoso dúo Mantle-Maris, que hizo recordar aquella pareja Ruth-Gehrig.

Aquel “Viejo Profesor” que todavía dirigía a sus 70 años de edad, tuvo la gloria de su parte cuando en sus doce temporadas llevó a Yankees a ganar 10 campeonatos y siete Series Mundiales; 5 de ellas ... triunfando en forma consecutiva.

Charles Dillon Stengel, genio, figura, payaso, colorido, amigo.

Cuando N.Y. ya no lo contrató, diría su famosa frase “No volveré a cometer el error de cumplir 70 años...”.

Realmente impulsó a toda una dinastía Yankee.

Los 61 jonrones

En la primera mitad de la década de los 60´s, todo mundo hablaba de los Yankees.

Una vez más los “Bombarderos del Bronx” acaparaban todos los titulares, la emoción e imaginación de la fanaticada.

A Stengel lo sustituyó con éxito Ralph Houk, quien de nueva cuenta llevó a N.Y a los títulos mundiales del 61 al 63 apoyado en los bats de Mantle, Joe Pepitone, Maris, Richardson, Skowron, Johnny Blanchard, el panameño utility Héctor López, Cletis Boyer, Tony Kubek y Howard.

El staff de pitcheo lo integraban Terry, Ford, Jim Bouton, Larsen, Al Downing....y el gran relevista de esos días, Luis “Tite” Arroyo.

Aquel 1961 fue el gran año Roger Maris cuando el 1ro. de Octubre en el juego 163 de la temporada disparó ante el pitcheo de Tracy Stallard, de Medias Rojas, su histórico jonrón 61 que le daba la vuelta al mundo al terminar con una legendaria marca que poseía Babe Ruth, cuya idolatría siempre estará presente en la sociedad norteamericana y el beisbol.

Y es que había notables diferencias entre Maris y Ruth. El carisma del Bambino contrastaba en mucho con el de Maris, un tipo serio, introvertido que no quería saber nada de la prensa... ni de los propios Yankees.

Por ese motivo, el Comisionado Ford Frick, un antiguo escritor sobre Ruth, de inmediato declaró que “El Gran Bambino” impuso su récord en sólo 154 juegos, por lo que el nombre de Roger Maris debería aparecer en el libro de récords con un asterisco por lograr la hazaña en 163 partidos.

Fue inolvidable la lucha jonronil que llevaban Maris y Mantle, hasta que en septiembre, a causa de sus serias lesiones (osteomelitis), el de Oklahoma tuvo que dejar de jugar, quedándose con 54 cuadrangulares. Todos daban por hecho, incluso así lo deseaban, que Mantle iba a alcanzar y superar la marca de Ruth.

Bueno, también en esa campaña, en la que Maris, Mickey Mantle (54), Moose Skowron (28), Yogi Berra (22, Elston Howard (21) y Johnny Blanchard (21) establecieron el récord de la época con 240 jonrones, se fueron a la Serie Mundial para acabar en cinco juegos con Cincinnati.

Whitey Ford

En el Clásico, Nueva York venció en cinco juegos a Cincinnati, guiados por el pitcheo de Whitey Ford, quien en el cuarto partido, lanzó hasta el sexto ining luego de que recibió un pelotazo en su pie, logrando de todas formas llegar a 32 ceros consecutivos para superar la marca de Ruth en Series Mundiales.

Nueva York tuvo también el invaluable apoyo de Johnny Blanchard, quien al jugar por el lesionado Mickey Mantle, bateó .400, con dos jonrones y qué decir de Bobby Richardson, con sus nueve hits (nueva marca) y líder bat del Clásico con .391, así como del panameño Héctor López, con jonrón, cinco producidas y el único triple de la confrontación otoñal.

Los Frank Robinson (El JMV de la Nacional ese año por sus 37 jonrones, 124 impulsadas y .343 de bateo), Vada Pinson, Gene Freese, Gordy Coleman y demás Rojos, prácticamente fueron maniatados por Ford, “Tite” Arroyo y Bud Daley.

En esa temporada, los Yankees conectaron 207 cuadrangulares; Roger Maris por segundo año seguido fue el Jugador Más Valioso; Whitey Ford logró el Cy Young por su 25-4; “Tite” Arroyo estuvo en plan grande con 29 salvados y 15 triunfos y Bobby Richardson dio final monopolio que tenía Nellie Fox al ganar el Guante de Oro como segunda base.

En general, durante el rol regular, se dieron resultados admirables:

Roberto Clemente, de los Piratas, también brilló con intensidad al lograr su primer título de bateo con .351, lo mismo que Guante de Oro; Orlando Cepeda, de los Gigantes, fue el campeón en jonrones e impulsadas, con 46 y 142 y, Willie Mays el 30 de abril se destapó con cuatro cuadrangulares en un mismo partido contra Atlanta.

Dramática Serie Mundial

Al siguiente año, Yankees volvió a la cúspide de la fama contra los Gigantes dirigidos por Alvin Dark, al obtener su banderín mundial 20, en una dramática Serie de siete juegos donde prevaleció el pitcheo a pesar del poderío ofensivo de ambos contendientes.... y para muestra un botón: Gigantes pegó para .226 y NY: apenas .199.

El juego decisivo lo ganó 1-0 Ralph Terry (fue líder en victorias con 23), quien mantuvo hasta la séptima gran duelo contra el perdedor Jack Sanford, a quien lo relevó Billy O´Dell.

Sin embargo, al cierre de la novena, en el Candlestick Park, ya con dos outs, Mateo Rojas Alou pegó hit dentro del cuadro y Willie Mays doblete para poner en segunda y tercera el drama y la angustia porque el siguiente bat era ni mas ni menos que el tremendo toletero zurdo Willie McCovey.

El mánager Houk subió a la loma a consultar a Terry porque tenía la primera base desocupada y podía pasarlo. Empero, el bat siguiente era Orlando “Peluchín” Cepeda.... de modo que...

Seguramente Ralph Terry recordó de inmediato dos años antes cuando al cierre de la novena del Clásico contra Piratas, Bill Mazeroski le conectó el famoso e histórico jonrón que lo mandó a la gloria y la posteridad.




Sin embargo, Terry decidió lanzarle a McCovey, quien pegó terrífica línea que parecía iba a darle la vuelta el marcador y la victoria otoñal a los Gigantes, cuando de pronto apareció la figura y el guante milagroso de Bobby Richardson quien estaba fildeando muy atrás, sobre la grama, cargado hacia el derecho para poner el punto final al Clásico.

McCovey, sus Gigantes y seguidores, quedaron atónitos e incrédulos: Richardson no estaba ubicado en la normal posición de un segunda base, de modo que cuando se quedó con el tablazo, casi cayéndose con la pelota pegada a su rostro, estaba salvando la Serie a Nueva York.

De no haber sido así, seguramente una vez más, Ralph hubiese deseado desaparecer de la faz de la tierra.

Fue la Serie Mundial donde Ford dejó su marca de 33 2/3 lanzando ceros consecutivos y en la que por primera vez aparecieron tres dominicanos: Juan Marichal, Salón de la Fama; y los hermanos Mateo y Felipe Rojas Alou, actual timón de los Expos de Montreal.

Aquel 1962 llegaron a la Nacional los Colts 45 de Houston (hoy Astros) y los Mets de Nueva York, quienes con Stengel perdieron 120 juegos, el récord para un equipo en campaña regular.

Maury Wills, de Dodgers, impactó al mundo con sus 104 robos, dejando abajo la marca de 96 que tenía el legendario Ty Cobb, lo cual le dio el título de Jugador Más Valioso.

Sí, el mismo Wills que vino en 1971 a Hermosillo para dirigir a los Naranjeros y darles un título para llevara por primera vez a un equipo mexicano a la Serie del Caribe.

Ese año, Jackie Robinson se convertió en el primer pelotero negro en ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown.

Sandy Koufax.... increíble

La temporada de 1963 se llamó Sandy Koufax.

Ganó el Cy Young y Jugador Más Valioso al abanicar a 306 para nueva marca, ser líder en ganados con 25 y 1.88 de efectividad, además de lograr once blanqueadas.

Por supuesto que esta vez la historia para los Yankees fue muy diferente en el Clásico Otoñal al perder por limpia ante los Dodgers.

Don Drysdale, también estuvo en plan grande con 19 triunfos.

Pero Koufax fue el principal protagonista y héroe al ganar dos juegos y lograr 1.00 de efectividad:

En el primer partido, abanicó a 15, ganándole 5-2 a Whitey Ford, con todo y que venía de ser el mejor ganador de la temporada con 24 y lograr una efectividad de 2.74.

En el segundo choque, Johnny Podres derrotó 4-1 a Al Downing; en el tercero Drysdale le ganó 1-0 a Jim Bouton (21-7 y 2.53) y en el cuarto, de nuevo Koufax, con pitcheo de seis hits, superó a Ford a pesar de recibir par de imparables.

La victoria y el título mundial le llegó al mánager Walter Alston en el séptimo cuando el primera base Joe Pepitone no pudo atrapar el tiro que le hizo el tercera Clete Boyer, luego de recoger una rolita de Jim Gilliam, quien avanzó a tercera... y anotó en un elevado de sacrificio para la carrera de oro y que a la postre fue de la diferencia.

Bill Skowron, ahora vestido de Dodger, le bateó al pitcheo Yankee para .385.

Mel Stottlemyre

Fue en 1964 cuando se jugó el último partido de Serie Mundial en el viejo Yankee Stadium entre Cardenales y Mulos, precisamente cuando Mantle superó la marca de jonrones en Clásicos de Octubre y que estaba en poder de Babe Ruth, quien se quedó con 15.

Yankees, caerían en siete partidos ante Bob Gibson, Tim McCarver, Mike Shannon, Ken Boyer, Curt Flood y compañía que se inspiraron para llevarse el banderín mundial.

Fue el año del debut de Mel Stottlemyre, actual coach de pitcheo de los Yankees, quien llegó en agosto a Nueva York procedente de Richmond, sucursal Triple A en la Liga Internacionald y quien ganó a Bob Gibson el segundo partido del Clásico 8-3 para luego perder 7-5 en el séptimo y decisivo ante el mismo Gibson.

Stottlemyre lanzó para los Yankees del 64 al 74, alcanzando en ese periodo tres temporadas de 20 o más triunfos en el mismo número de años, algo que no se veía con los Mulos desde 1912.

En ese Clásico, Gibson tuvo una jornada memorable: Llevó a los Cardenales al banderín en el séptimo partido, para así lanzar su ganar su tercer juego completo, además de abanicar a nueve, totalizando 31 en el Clásico, una marca de los Clásicos hasta ese año para siete juegos.

Hasta aquí la dejamos… de esa época.

Lanzando para home

Viernes 18 de Enero de 2008

Desde 1995 no ha habido un juego que haya terminado por forfeit en las Ligas Mayores. Ese partido celebrado en el Dodger Stadium el jueves 10 de Agosto de 1995, como promoción fueron entregadas pelotas entre los aficionados. En la séptima entrada contra los Cardenales, algunos aficionados empezaron a tirar sus pelotas al terreno de juego y el partido fue suspendido en forma momentánea. En la novena entrada cuando Raúl Mondesí de los Dodgers fue ponchado por el pitcher Tom Henke, le empezó a reclamar al umpire principal Jim Quick y lo expulsó, en ese momento salió del dugout el manager Tom LaSorda, que no estaba de acuerdo con el conteo, así que le pasó lo mismo. La reacción de los aficionados fue que tiraron sus pelotas de souvenir y viendo los umpires Quick, Bob Davidson, Bill Hohn y Larry Poncino, el desorden que había, les ordenaron a los jugadores de los Cardenales que saliera del terreno y poco después se marco el forfeit. Otro famoso, fue cuando los Senadores jugaron su último partido, antes de emigrar a Texas. Curiosamente fue un jueves 30 de Septiembre de 1971 en el Robert F. Kennedy Stadium de la capital de los Estados Unidos, cuando enfrentándose a los Yankees, que ganaban por 7-5, a la altura de la novena entrada con dos outs, empezaron a saltar aficionados que iban en busca de souvenirs del parque y no le quedó otra al umpire principal Jim Odom que marcar el forfeit a favor de los Yankees. Ese día asistieron 14,460 aficionados, que vieron jugar por último a los Senadores.

A punto estuvo que marcaran un forfeit en el desaparecido estadio Alvaro Obregón el domingo 7 de Diciembre de 1968. Bateaba por Mochis el primera base, Cal Emery y se enfrentaba al pitcher Miguel Antonio Puente. El umpire principal era Jesús Alcantar, conocido como “Manopas” y en las bases estaba Victor “El Cadillo” Saiz. La cuenta llega a lo máximo y con la siguiente pitcheada, “El Manopas” levanta el brazo en señal de strike para el ponche, pero luego rectifica y dice que es bola. Sale Magallón a reclamar al umpire y de nuevo cambia y dice que es strike. Ahora es Benjamín “Papelero” Valenzuela quien le reclama fuertemente al principal y de nuevo dice que fue bola. Eso trajo consigo que Magallón de nuevo fuera a reclamarle al umpire de home, pero no consiguió nada. Por varios minutos estuvo vociferando el mazatleco a los dos umpires y al ver que no conseguía nada, les gritó que sacaba al equipo del terreno y que hicieran lo que quisieran. La suspensión se llevó los 40 minutos. Saiz platicó conmigo, pues era el gerente y le contesté que no podía hacer nada. Voy a tener que marcar el forfeit, me dijo “El Cadillo”. Finalmente Faly Parada que era el presidente de los Yaquis, dio la orden que entraran al terreno de juego y así se hizo.

Después de las sanciones que le aplicaron al equipo de Mochis por no reanudar el partido contra los Venados, que fueron 6 mil pesos por el forfeit y 10 mil pesos por utilizar la pantalla gigante, donde constantemente se vio el batazo de Daniel Fornés, se supo que la protesta que metieron no era legal, porque de acuerdo al reglamento de la liga, tiene que ser entregada al umpire principal, pero con cinco mil pesos, que en caso de no proceder, ese dinero se pierde. Otro detalle que me llamó mucho la atención es que las sextetas que estaban sancionando las dos series de semifinales, fueron acortadas a cuatro, señal, de que hubo castigos para algunos umpires. Lo bueno fue que al reanudarse las series, no hubo ningún problema para los cuatro que quedaron y se vieron muy atingentes…Después más lanzamientos.

Correo Electrónico: alarb34@yahoo.com.mx