Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.usonmx
Nuevo amigo desde Villahermosa, Veracruz: Francisco Montoya González, quien en medio de una agradable charla en torno a diversos tópicos de béisbol, me pide la dirección de Zenón Ochoa, aquí en Hermosillo.
Francisco, me dice:
“Conocí a Don Zenón Ochoa en Agua Dulce, Veracruz, donde fue el gran impulsor de la liga infantil de béisbol. Mi hijo y yo andamos recopilando autógrafos de peloteros famosos, entre ellos ya obtuvimos las pelotas firmadas por Miguel Fernández “Becerril” (QEPD) y de Pedro “Charrascas” Ramírez”.
Francisco radica en Villahermosa, Tabasco, desde hace 20 años y me dice que sus dos hijos varones son aficionados a los Olmecas.
Por cierto, Jesús, tuve la intención de ir a Hermosillo para ver el partido de Grandes Ligas pero por razones de trabajo no puedo. La idea era asistir acompañado de mi familia, porque les he platicado de Don Orestes Miñoso. Lo vi jugar con los Cañeros de Cárdenas en la Liga Tabasqueña y era un placer ver como a sus 50 años se divertía y gozaba del béisbol en la primera base”.
Le pregunté si jugó pelota:
“No, desgraciadamente no jugué béisbol. Influyó mucho el gusto por el futbol de mis hermanos mayores. Eran muy buenos y yo los imité. Pero te aseguro que si hay otra vida o reencarno será en un pelotero. Sólo practiqué softbol y lo sigo haciendo, pero no se compara con lo que es el Beisbol. Mira viví en Agua Dulce, Veracruz y me tocó ver unos equipazos jugando en la tabasqueña”.
Francisco señala que todos los equipos eran sucursales de diversas franquicias de la Liga Mexicana y que ahí nació mi amor por el Béisbol”.
Recuerda que vio jugar a peloteros como: Orestes Miñoso, Andrés “Avestruz” Rivera, Ron McDonald, Pedro Cortez, José “Che” Reyes, Fidencio Ibarra, Arturo Bernal, Julio César Imbert, José Stenet, Carlos Morales, “Habichuela” Valenzuela, Ramiro Caballero, Eladio Urías, Lucio Vichel, en una primera época, cuando Agua Dulce era sucursal de los Piratas de Sabinas.
Luego, añade, en una segunda etapa, cuando Agua Dulce fue sucursal de los Tigres, a Martín Terrazas (papá de Iván), Carlos Rivera, Teodoro Flores, Bernardo Martínez, Lenin Flores, Tomás Johnson, Mario, Arballo, Cuco Cervantes, Norberto Guillén, un excelente pitcher derecho de apellido García (creo era David) y por el rumbo de Macuspana, con los Pericos, andaban Houston Jiménez y José Elguezábal.
Y acota:
“Ya lo dijo Einstein; el béisbol es el rey de los deportes”.
Le expresé que coincidimos en la época en que yo viví en el puerto jarocho:
“Todo me suena conocido porque yo estudié la prepa en los años 77-78 y el propedéutico en el 79. Luego me fui a Xalapa a estudiar Economía. Hoy día cuando viajo a Veracruz tomo el atajo hacia Tlacotalpan, un lugar mágico donde se detiene el tiempo y se saborean ricos mariscos, toritos y dulces de almendra. Mi suegro es capitán de la Armada de México. En fin muchos buenos datos.
Perfecto Vélez y Rico Carty
También recuerda el nombre de Perfecto Vélez Ortiz, dueño de la casa deportiva La Gran Sociedad por estar muy ligado como promotor y patrocinador del béisbol veracruzano.
Cita que en esa época en el antiguo Parque Deportivo Veracruzano vio jugar a un aporreador impresionante: Rico Carty, con los Cafeteros de Córdoba. . . cree que fue en el trienio de Beto Avila como presidente municipal de la ciudad y puerto de Veracruz.
“Precisamente el Águila es mi equipo, quien con Enrique Izquierdo EN 1970 consiguió su último banderín en la Mexicana. Por cierto, un día saliendo del propedéutico, al pasar por el Parque Deportivo Veracruzano, las puertas estaban abiertas porque el juego Aguila-Leones pasaba de la sexta entrada y vi tirar a un pitcher gordito, zurdo que un año después conmocionó al béisbol de Grandes Ligas . . . El Toro Valenzuela. Increíble e intransitable. Una máquina de lanzar.
Su vástago con peloteros
Me da a conocer, orgulloso, que su hijo se llama Francisco Mario Montoya Valdés, ahora de 15 años de edad y que luego me manda fotos de Miguel “Becerril” Fernández, que le tomaron en las Choapas, justo un año antes de su muerte.
Cita que en ese lugar consiguieron un libro escrito sobre las historias del “Becerro de Oro” en el béisbol que también les autografió. Le dije que esa obra el doctor Jaime Cervantes me la envió hace tiempo desde Puebla.
“Este libro habla de su historia. Lo escribió un admirador de él de apellido Palma Alor. Es un buen libro por las anécdotas. Si recuerdas, Don Miguel era de origen tabasqueño y su familia era de elevada estatura. Una buena persona. Nos atendió en forma excelente. Debo aclararte que soy veracruzano, paisano del inolvidable Beto Avila”.
Y concluyó:
“A través de una nota tuya contacté al hijo del “Superman de Chihuahua” y adquirí un uniforme completo con el número 21, la pelota de las 1,000 carreras impulsadas en la Liga de Pacífico y la gorra de su temporada de despedida con los Naranjeros.
Por cierto, Héctor Jr. es un caballero y un tipazo, como su padre”.
¿Cómo la ve?
Francisco, me dice:
“Conocí a Don Zenón Ochoa en Agua Dulce, Veracruz, donde fue el gran impulsor de la liga infantil de béisbol. Mi hijo y yo andamos recopilando autógrafos de peloteros famosos, entre ellos ya obtuvimos las pelotas firmadas por Miguel Fernández “Becerril” (QEPD) y de Pedro “Charrascas” Ramírez”.
Francisco radica en Villahermosa, Tabasco, desde hace 20 años y me dice que sus dos hijos varones son aficionados a los Olmecas.
Por cierto, Jesús, tuve la intención de ir a Hermosillo para ver el partido de Grandes Ligas pero por razones de trabajo no puedo. La idea era asistir acompañado de mi familia, porque les he platicado de Don Orestes Miñoso. Lo vi jugar con los Cañeros de Cárdenas en la Liga Tabasqueña y era un placer ver como a sus 50 años se divertía y gozaba del béisbol en la primera base”.
Le pregunté si jugó pelota:
“No, desgraciadamente no jugué béisbol. Influyó mucho el gusto por el futbol de mis hermanos mayores. Eran muy buenos y yo los imité. Pero te aseguro que si hay otra vida o reencarno será en un pelotero. Sólo practiqué softbol y lo sigo haciendo, pero no se compara con lo que es el Beisbol. Mira viví en Agua Dulce, Veracruz y me tocó ver unos equipazos jugando en la tabasqueña”.
Francisco señala que todos los equipos eran sucursales de diversas franquicias de la Liga Mexicana y que ahí nació mi amor por el Béisbol”.
Recuerda que vio jugar a peloteros como: Orestes Miñoso, Andrés “Avestruz” Rivera, Ron McDonald, Pedro Cortez, José “Che” Reyes, Fidencio Ibarra, Arturo Bernal, Julio César Imbert, José Stenet, Carlos Morales, “Habichuela” Valenzuela, Ramiro Caballero, Eladio Urías, Lucio Vichel, en una primera época, cuando Agua Dulce era sucursal de los Piratas de Sabinas.
Luego, añade, en una segunda etapa, cuando Agua Dulce fue sucursal de los Tigres, a Martín Terrazas (papá de Iván), Carlos Rivera, Teodoro Flores, Bernardo Martínez, Lenin Flores, Tomás Johnson, Mario, Arballo, Cuco Cervantes, Norberto Guillén, un excelente pitcher derecho de apellido García (creo era David) y por el rumbo de Macuspana, con los Pericos, andaban Houston Jiménez y José Elguezábal.
Y acota:
“Ya lo dijo Einstein; el béisbol es el rey de los deportes”.
Le expresé que coincidimos en la época en que yo viví en el puerto jarocho:
“Todo me suena conocido porque yo estudié la prepa en los años 77-78 y el propedéutico en el 79. Luego me fui a Xalapa a estudiar Economía. Hoy día cuando viajo a Veracruz tomo el atajo hacia Tlacotalpan, un lugar mágico donde se detiene el tiempo y se saborean ricos mariscos, toritos y dulces de almendra. Mi suegro es capitán de la Armada de México. En fin muchos buenos datos.
Perfecto Vélez y Rico Carty
También recuerda el nombre de Perfecto Vélez Ortiz, dueño de la casa deportiva La Gran Sociedad por estar muy ligado como promotor y patrocinador del béisbol veracruzano.
Cita que en esa época en el antiguo Parque Deportivo Veracruzano vio jugar a un aporreador impresionante: Rico Carty, con los Cafeteros de Córdoba. . . cree que fue en el trienio de Beto Avila como presidente municipal de la ciudad y puerto de Veracruz.
“Precisamente el Águila es mi equipo, quien con Enrique Izquierdo EN 1970 consiguió su último banderín en la Mexicana. Por cierto, un día saliendo del propedéutico, al pasar por el Parque Deportivo Veracruzano, las puertas estaban abiertas porque el juego Aguila-Leones pasaba de la sexta entrada y vi tirar a un pitcher gordito, zurdo que un año después conmocionó al béisbol de Grandes Ligas . . . El Toro Valenzuela. Increíble e intransitable. Una máquina de lanzar.
Su vástago con peloteros
Me da a conocer, orgulloso, que su hijo se llama Francisco Mario Montoya Valdés, ahora de 15 años de edad y que luego me manda fotos de Miguel “Becerril” Fernández, que le tomaron en las Choapas, justo un año antes de su muerte.
Cita que en ese lugar consiguieron un libro escrito sobre las historias del “Becerro de Oro” en el béisbol que también les autografió. Le dije que esa obra el doctor Jaime Cervantes me la envió hace tiempo desde Puebla.
“Este libro habla de su historia. Lo escribió un admirador de él de apellido Palma Alor. Es un buen libro por las anécdotas. Si recuerdas, Don Miguel era de origen tabasqueño y su familia era de elevada estatura. Una buena persona. Nos atendió en forma excelente. Debo aclararte que soy veracruzano, paisano del inolvidable Beto Avila”.
Y concluyó:
“A través de una nota tuya contacté al hijo del “Superman de Chihuahua” y adquirí un uniforme completo con el número 21, la pelota de las 1,000 carreras impulsadas en la Liga de Pacífico y la gorra de su temporada de despedida con los Naranjeros.
Por cierto, Héctor Jr. es un caballero y un tipazo, como su padre”.
¿Cómo la ve?
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