Remehibe

miércoles, 16 de enero de 2008

Mantle y los Yankees

Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Antonio Elizarrarás Corona, Al Bat, y mire la clase de línea:

“¡Qué buena nota te refinaste con Mantle!


Hasta hoy pude abrir este correo y la verdad, me
deleité a lo grande con lo que escribiste de él.


En su tiempo fue, lo recuerdo, el prototipo del
atleta de élite. Lo mismo por su complexión como
por su seriedad enfundado en la franela de los
Yankees.

¡Y vaya potencia con la tranca!; un fuera de serie que si bien no hizo olvidar a DiMaggio, impidió que los Mulos resintiera la ausencia de Joe.


En aquellos tiempos algo que se admiró mucho de él
fue su cuello, ¡de toro! y su caja, perfecta para
un beisbolista en toda su potencia.


Lo de las drogas trató de manejarse para demeritar sus alcances. Se dijo que si las medicinas que tenía
que ingerir para calmar sus dolores, eran un elemento extra o

prohibido, pero nunca se logró manchar su enorme hoja de servicios.


Entiendo que toda medicina que mitiga algún dolor
puede considerarse droga, pero, mi querido Jesús,
en ese orden de ideas ¡hasta la aspirina sería droga!

¿Y qué mortal no se metió una en su perra vida para
mitigar un dolor de cabeza, de muela o de incipiente
gripe?

Mantle fue uno de los más grandes de todos los tiempos.

Estaría, según mi propia clasificación, entre los cinco más grandes y si mucho me apuras, entre los tres más grandes de toda la historia. No lo digo yo, lo dice su historial dentro y fuera de los escenarios del béisbol.


Gracias por esta remembranza. Está, maravillosa”.

Adiós, Joe; ¡hola, Mickey!

El amigo y colega Francisco “Pancho” Casanova, me envió un interesante correo también comentando sobre Mickey Mantle y al mismo tiempo que me solicitó rescate aquella inolvidable época de los Mulos del Bronx de los 50´s y 60´s y, con gusto le contesto:

Empecemos con Mantle:

Fue en 1951 cuando al gran Casey Stengel le tocó despedir a DiMaggio y recibir, a Mickey Mantle, quien comenzó a escribir y enriquecer otra formidable época con sabor a Manhattan y el Bronx.

“Cuando no se goza jugando el béisbol, el juego se hace largo y es hora de retirarse”, expresaría DiMaggio, el gran “Clipper”, quien a sus 37 años de edad decidió retirarse luego de su “más mala campaña” en su carrera al promediar .263 con 12 jonrones y 71 impulsadas. Y con todo y que le ofrecieron los mismos cien mil dólares para la temporada de 1952, ya no quiso continuar.

DiMaggio, así, dejaba el camino libre a Mantle, su sucesor: y éste, en su primer juego, el 19 de abril, pegó un hit en cuatro veces al bat, en tanto el zurdo Eddie Lopat dejaba en dos inatrapables a Medias Rojas para ganar 6-1.

En esos días brillaban con intensidad otros inmortales del béisbol:

Eddie “Whitey” Ford, se convirtió en ese tiempo en uno de los más grandes lanzadores zurdos de todos los tiempos al acumular 236-106 entre 1950 y 1967. (No olvidemos que de jovencito lanzó con los Venados de Mazatlán (1947) en la Costa del Pacífico). Al final de su notable carrera, obtendría diez triunfos en Series Mundiales, el record vigente.

Yogi Berra era el gran titular en la receptoría, un tremendo bateador Salón de la Fama en Cooperstown: bateaba a la zurda y lanzaba a la derecha. Con los Mulos jugó 18 años y gozó a lo máximo 14 títulos de la LA y diez clásicos otoñales.

Ahí también estaban Tommy Henrich, Hank Bauer, Billy Martin (segunda base); Gil McDougald, Phil Rizzuto, Bobby Brown, Joe Collins...

Su majestad el jonrón

Volvamos con el chico de Oklahoma:

Mantle tenía una fuerza inaudita y su especialidad, por supuesto que fue su majestad, el jonrón.

Le tiraba tan fuerte a la pelota que al final de su carrera terminó con 536 cuadrangulares. Claro que fue también el rey del ponche en su época ya que no le gustaba batear para porcentaje.

Siempre creyó que los aficionados deseaban verlo pegando cuadrangulares como solía hacerlo el inmenso Babe Ruth. Aún así, terminó con un magnífico .298 de bateo en sus 18 temporadas.

Fue el 17 de de Abril del 53 cuando conectó su cuadrangular de mayor distancia; un tremendo tablazo de 565 pies en el Griffith Stadium de Washington y la víctima fue Chuck Stobbs.

En el clásico de aquel 1953, Yankees-Brooklyn, Billy Martin, jugando la segunda base tuvo una notable serie: bateó .500 y dos cuadrangulares, además de realizar un inolvidable atrapada corriendo desde el fondo del segundo cojín hasta cerca de la loma de pitcheo. Yankees ganó esa serie en seis juegos.

En aquellos años a los Yankees nadie los detenía.

Stengel había ganado cinco series mundiales consecutivas entre el 49 y el 53, algo por demás formidable que ningún otro equipo ha logrado en la historia del béisbol de la Gran Carpa.

Todavía Stengel llevó a Yankees a las Series del 55 al 58 y a la del 60, siendo campeones el 56 contra Brooklyn y el 58 ante Milwaukee y ahí estaba la presencia poderosa del gran Mantle.

Precisamente, fue el 15 de Abril de 1955 cuando el gran receptor Elston Howard se convirtió en el primer pelotero negro en jugar con los Yankees. Dio sencillo en su primer vez al bat contra Boston y N.Y. ganó 8-4.

El perfecto de Larsen

El Otoño del 56, sucedió algo inolvidable y extraordinario:

Fue seguramente el mayor éxito de decisión en la carrera de Casey Stengel como mánager: haber seleccionado en la Serie Mundial de ese octubre a Don Larsen.

El clásico contra Dodgers lo tenía empatado a 2 y no encontraba a quien llamar para lanzar el quinto partido; finalmente, alguna luz le inspiró y escogió al joven Larsen.

Sí, el mismo que el 16 de enero de 1954 lanzando para Obregón en el “Fernando M. Ortiz” había perdido dramático juego de 7-6 en la novena ante Hermosillo al recibir cuadrangular de Claudio Solano para que Jesús “Manopas” Alcántar se acreditara en relevo (sacó un out del octavo y tres del noveno) el famoso triunfo (que siempre platicaba con gran encanto a sus amigos.

El espigado pitcher sorprendería al mundo entero con el primero y único juego perfecto en una serie de Octubre, retirando a los 27 bateadores para ganarle duelo de 2-0 al “Barbero” Salvatore Maglie, quien lanzó juego de 5 hits.

Mickey Mantle, quien dejó la marca de más jonrones en Clásicos de Octubre con 18, lo apoyaría con cuadrangular y una gran atrapada en el jardín central. Andy Carey también le salvó el perfecto a Larsen con dos espectaculares engarces en la esquina caliente.

Ese 8 de Octubre, ante 64,519 espectadores, Don Larsen tenía 27 años de edad y de lleno había entrado a los libros de récords en la historia de Series Mundiales.

Yankees ganó esa Serie en siete con Mickey Mantle, Yogi Berra, Billy Martin, Elston Howard, Bill “Moose” Skowron, Gil McDougald, Hank Bauer, Whitey Ford, Bob Turley, Enos Slaughter, Bobby Shantz, Johnny Kuks....

A Dodgers de Brooklyn lo dirigía Wealter Alston y su inolvidable equipo estaba conformado por Jackie Robinson, Roy Campanella, Sandy Amorós, Salvatore Maglie, Sandy Koufax, Don Drysdale, Don Newcombe, Carl Erskine, Gil Hodges, Carl Furillo, Pee Wee Reese, Duke Snider....

Fue en verdad un Clásico de Clásicos; de película otoñal con héroes y protagonistas memorables.

Fue un Clásico de explosivo poder, con 15 cuadrangulares. (12 de N.Y.) En la temporada ambos equipos habían conectado 369 vuelacercas (190 de Yanquis). Mantle, al igual que Berra envió tres vuelacercas en la Serie.

Durante la campaña, Mantle ganó la Triple Corona de bateo por sus .353, 52 jonrones y 130 impulsadas; además fue líder en anotadas (132). Fue el primer de sus tres trofeos que alcanzó como Jugador Más Valioso en la Americana.

En fin….

¿Desea que mañana termine con esta historia?

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