Remehibe

martes, 11 de diciembre de 2007

Eduardo Almada: ¡Bien., gracias…!

Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Gran privilegio:

Que un cronista se acerque a una Exposición de Béisbol y desde ahí transmita su programa deportivo, ¡nuestros respetos!

En esto, hay un fiel reflejo de colaboración, manifestación clara de inclusión y a toda prueba, fehaciente, un sentido profesional de periodismo.

¡Qué excelencia!

Por todo ello, el colega Eduardo Almada ayer lunes nos impactó con su presencia en la Sala de Historia del Museo Regional de la Unison.

Desde ahí, durante una hora, con gran entusiasmo y sentido de responsabilidad profesional, transmitió su programa de radio “Pasando la Bola” y quienes le acompañamos, lo sentimos muy de cerca y vimos cómo disfrutó su estadía en el recinto.

Y sabe a quien se tuvo como invitadísimo especial:

Exacto: Miguel “Pilo” Gaspar, a quien una noche antes el Club Naranjeros de Hermosillo lo había presentado en el “Héctor Espino” ¡entregándole en medio del reconocimiento general un anillo de campeón!

Por supuesto que el “Pilo”, luciendo un anillo más en sus dedos; “para apantallar”, dijo e su estilo, fue el primero en ser entrevistado por Eduardo.

También el colega charló en medio de la Exposición “Béisbol: Romance y Pasión/Historia Viva”, con Jesús Arturo Llánes, presidente de la ASOCRODE; con Eradio Burruel; Elisa Macías Madrid, encargada de Difusión del Museo Regional; Oscar Burruel, ex búho, y un servidor.

En verdad, ¡qué gran momento compartimos alrededor del programa de Eduardo Almada!

Vástago de Melo

Eduardo Almada, no necesito decirlo, es hijo del pionero mexicano en el béisbol de las Grandes Ligas, Baldomero "Melo" Almada. ¡Nomás!

Melo, recuerde, debutó en la Gran Carpa el 8 de septiembre de 1933como jardinero de Medias Rojas de Boston y nunca se olvidará cuando en un partido se enfrentó a Babe Ruth ¡pegándole tres hits! (Existe la foto histórica donde está al bat y al fondo en la loma se ve la figura del Babe).

Pero, no se me vaya:

Tenía que aprovechar el instante y pues “un machetazo a caballo de espadas” no podía faltar:

¿Eduardo: ¿Qué es para ti el béisbol?

R.- Para mi el béisbol es un peregrinar y las oportunidades que se presentan no son siempre a diario; a veces buscas un dato y nunca encontrarlo. Pero si lo encuentras…Y la verdad, es un orgullo y satisfacción comunicarle al auditorio. ¡Cuánto se descubre en el béisbol!

El viernes pasado en un hotel de Los Mochis; estaba una persona en la mesa de enfrente y de repente me preguntó si era Eduardo Almada. Al expresarle con quién tenía el gusto, me dijo “Oscar Zárate, gerente de los Mochis de 1968 cuando fueron campeones.

Fue el único año en que fue gerente y me contó una anécdota extraordinaria de Tony Oliva cuando vino a jugar con los Cañeros y que no cobró ni un centavo.

“Vino solamente en agradecimiento de que le iban a conseguir que su familia saliera de Cuba para visitarlo, lo que ocurrió un año después. Y Tony Oliva sin saber si lo iban a conseguir o no, se presentó, jugó, algo fabuloso, haciéndolo totalmente en forma gratuita”.

¿Por qué tu gran interés por el béisbol?

R.- Me siento tan emocionado viendo todas estas cosas; y es que también soy un coleccionista y siempre digo que a veces las cosas más pequeñas son enormes y las más grandes, quizá a otra gente le llenaría más a la gente que a mi.

Esto es toda una sorpresa: Una vez que vienes a este tipo de exhibición, te puedes transportar a través del tiempo y ves cómo de pronto te encuentras algo que dices, increíble, si yo estaba ahí, yo lo viví”.

Burruel y Dicochea

Eduardo Almada dio el ejemplo de esto último y lo calificó como un honor: haber saludado a Eradio Burruel, que estaba en un juego, histórico, cuando Tony Dicochea ganó en 15 entradas conectando un cuadrangular como último bateador con empate a cero y teniendo ya el límite de tiempo por falta de luz natural. Juan Suby, la víctima, había tirado dos entradas y un tercio.

Recuerda que Eradio estaba en el izquierdo y él en la grada, cuando cifraba los 16 años. “Yo traía corbata porque iba a ser un chambelán de un baile y retrasamos la coronación porque nos quedamos todos hasta el final del partido”.

Más que una pasión

El gran colega miembro de la Asociación de Escritores de Béisbol de EU, afirma que nació con el béisbol en la sangre:

“Mi gusto va más allá de una pasión y no es un delirio, sino una vida de cabo a rabo y por eso estoy dedicado al cien por ciento al béisbol”.

A su padre, Melo Almada, dice que nunca lo vio jugar: “No tuve el gusto, pero ahorita Pilo Gaspar me dijo que se ponía a batear con los jugadores cuando en 1954 ya tenía 41 años”.

Al respecto, acota:

Pilo me dice que era impresionante verlo batearlo; la clase de líneas que pegaba; que podía pasar un mes y de repente, para dar clases, conectaba a la pelota en forma impresionante…

Retoma las palabras del “Pilo”, y agrega: “¿Cómo es posible que le pegara de esa forma y, nosotros que bateamos a diario, no podemos hacer ese contacto con tal seguridad y solidez?”.

Le pregunto cómo logra realizar su trabajo profesional; sus análisis, reflexiones, estadísticas en su acreditada columna “Senda Deportiva”.

R.- Veo un béisbol diferente. Trato de verlo como el jugador. Constantemente pregunto, platico con coachs, expertos, para poder “exprimirlos” y poder anotar la cosa más pequeña que sucede en el terreno de juego.

A veces veo algo, lo anoto y al siguiente día le pregunto del por qué hizo tal gesto, tal movimiento. Porque de esa forma aprende muchísimo y cuando estás en la crónica y puedes reflejar el sentir de un pelotero.

¿Te hubiera gustado haber sido pelotero?

R.- Sí me hubiera gustado, definitivamente; era un sueño para mi. Pero mi padre mi inculcó desde niño que me dedicara al estudio. Siempre tuvo temor de que fuera profesional del béisbol y me alejara de la escuela.

Jamás fue a darme un consejo al terreno de juego por ese temor que tenía. Me los daba cuando estábamos juntos comiendo, en la casa, pero nunca me vio jugar béisbol.

¿Lo más grande de Melo Almada?

R: Su ejemplo. Un hombre de una integridad intachable; de un carácter muy fuerte, violente, pero de una integridad y ejemplo familiar inolvidable.

Su presencia en el tiempo… es inagotable.

¡Qué más te puedo decir del gran Melo Almada!

¿Y cuántos años tienes en la crónica?

R: Como miembro de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos, entiendo que soy el único en haber nacido y de vivir fuera de EU. Es un honor que recibí en Arizona, debido por la trayectoria de mi padre, haber estado con Diamondbacks y que tengo casa en Tucsón.

Empecé en 1990 y en el 95 en la radio y ese año los Tomateros me dieron la oportunidad de trabajar en televisión y desde entonces… ¡más lo que falta todavía!

Enhorabuena, Eduardo.

Gracias por tu apoyo.

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