Remehibe

martes, 25 de septiembre de 2007

En recuerdo a Aurelio Rodríguez



El pasado domingo se recordó el séptimo aniversario de fallecimiento del gran Aurelio Rodríguez, conceptuado como el mejor tercera base defensor en la historia del béisbol mexicano.

Le caracterizó su enorme calidad y consistencia como jugador; elegancia, gran brazo, fino y espectacular fildeo, buen bateo y como ser humano, todo un caballero.

En la Liga Americana jugando para los Tigres de Detroit, llegó a quitarle en 1976 la cadena de años seguidos ganando el Guante de Oro al oriol Brooks Robinson.

¡Cuántos recuerdos, sí, aquí en invierno, en el verano y las Ligas Mayores del gran Aurelio!

Imposible olvidar aquel 1971 cuando en el “Fernando M. Ortiz” no pudo retener en la esquina caliente un tablazo de línea de Héctor Espino para que luego viniera Bobby Darwin con su segundo cuadrangular del juego que coronó a Hermosillo, dejando a los Cañeros y a Pepe Peña desconsolados y todo lo demás que usted se pueda imaginar.

Con esa victoria los Naranjeros iban a ir en febrero a la primera participación de México en una Serie del Caribe, esa ocasión, bajo el mando de Maury Wills.

Sorprendió la noticia

Aquel 23 de septiembre de 2000 su fatal deceso en verdad impactó a todo el béisbol ya que a causa de una circunstancia inesperada donde un automovilista perdió el control del volante de su vehículo y lo atropelló al instante en que caminaba por una banqueta de la ciudad de Detroit.

Ese año y en este béisbol de invierno, Aurelio iba a trabajar por vez primera como coach de bateo de los Naranjeros de Hermosillo luego de una notable trayectoria con los Cañeros de Los Mochis tanto como jugador y mánager.

A su muerte, el inolvidable tercera base nativo de Cananea ya había trabajado como coach de los Diamonbacks de Arizona.

Pero así es el destino; cruel desenlace para una gran persona como él.

Homenaje póstumo

El pasado domingo los Cañeros de Los Mochis le rindieron un sentido homenaje póstumo en recuerdo a su notable trayectoria en el béisbol.

Fue una ceremonia donde el vicepresidente del equipo, Joaquín Vega Inzunza, el gerente deportivo, Carlos Soto, y el mánager Marco Antonio Vázquez, montaron una guardia de honor en la tumba donde descansan los restos del inmortal pelotero.


También asistieron jugadores del club y amigos de la familia del gran Aurelio quien vistió la franela de Cañeros desde la temporada 1966-1967, en la desaparecida Liga Sonora-Sinaloa.

17 años en Ligas Mayores

Los registros de Aurelio Rodríguez nos hablan de lo grande que fue en la pelota profesional luego de llegar en 1967 procedente de los Charros de Jalisco al béisbol de Ligas Mayores, exactamente con los entonces llamados Serafines o Angelinos de California.

Su estadía en ese béisbol se prolongó 17 años ya que después de jugar con California (1969-70), vistió las franelas de los Senadores de Washington (1970), Tigres de Detroit (1971-79), Padres de San Diego (1980), Yankees (1980-81), Medias Blancas de Chicago (1982, 1983) y Baltimore (1983).

Aquella serie Mundial del 81

Imposible olvidar cuando toda la afición mexicana gozó su presencia y acción en la Serie Mundial de 1981 con los Yankees cuando los Dodgers ganaron ese clásico y ahí el hermano de “Chico” tuvo una gran jornada al bat luego de sustituir a Craig Nettles, quien se había lesionado un dedo en el segundo juego celebrado en Nueva York y ya no pudo ver acción.

Aurelio tomó esa vez su lugar y nosotros llenos de emoción, regalándonos una gran actuación ya que en cuatro encuentros bateó de 12-5, para un alto .417.

Usted recordará que en el tercer partido, teniendo como escenario al Dodger Stadium, se dio un momento histórico para el béisbol mexicano:

Por primera vez se enfrentaban en un mismo Clásico dos paisanos: Aurelio y Fernando “El Toro” Valenzuela.

El “Toro” ganó dramáticamente 5-4 a pesar de recibir jonrones de Bob Watson y Rick Cerone, en tanto Aurelio le conectaba par de hits.

En el cuarto juego volvió a conectar de 4-2, en el siguiente se fue de 3-0 y en el sexto y último partido se fue de 1-1.

Más tarde, en el invierno de enfrente, un 18 de noviembre, los Yankees lo enviaron a Medias Blancas y el jefe Steinbrenner le dedicó buenas frases: “Hizo todo lo que se le pidió y lo hizo muy bien. Lamento dejar ir a un jugador tan caballeroso. Buena suerte”.

Sus números y al Recinto Sagrado

En esas 17 temporadas conectó mil 570 hits, 287 dobles, 46 triples y 124 jonrones. Su promedio en general fue de .237.

En la Liga Mexicana de verano jugó con Charros de Jalisco, Tigres de México, Sultanes de Monterrey y Saraperos de Saltillo. Fueron sólo seis temporadas y promedió .309 de porcentaje.


En la Liga Mexicana del Pacífico jugó con Cañeros de Los Mochis y Yaquis de Ciudad Obregón. Pegó 208 dobletes, 11 triples, 129 jonrones y concluyó con un global .273.

Representó a México en dos Series del Caribe, en 1978, en Mazatlán, con los Tomateros de Culiacán y en 1984 en San Juan, Puerto Rico, con Mochis; ese año fue seleccionado en el Equipo Ideal por su estupenda actuación en la antesala.

Como mánager, en 1991 hizo campeones a los Sultanes de Monterrey en la Liga Mexicana de Béisbol…. Y claro, con toda esta trayectoria en 1995 ingresó con palmas de oro al Recinto Sagrado de Monterrey.

El vástago del Aurelio “Güerito” Rodríguez, excelente pelotero amateur y de la Liga de Sonora, nació el 28 de diciembre de 1947 y cundo menos se esperaba, a sus 53 años de vida falleció el 23 se septiembre de 2000.

Descanse en paz el gran pelotero y amigo.


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