Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx
Higinio Reynoso, quien jugó con los Cañeros de los Mochis, Broncos de Reynosa y Naranjeros de Hermosillo, recuerda cuando firmó en 1966 a Orestes “Minnie” Miñoso.
El gran short y tercera base estaba ese año en funciones de Gerente General del equipo capitalino cuando se decidió que el cubano nativo de Perico, Cuba, se convirtiera en mánager y jugador.
Higinio nos dijo en detalle aquellos momentos:
Recordó que Miñoso llegó procedente de Chicago a Nogales, Arizona, donde estuvo alrededor de una semana arreglando los papeles migratorios para entrar al país, por lo que se trasladó hacia esa ciudad para lograr ahí mismo la firma de su contrato.
Cita que al “Minnie” le encantó la idea de venir a nuestro béisbol invernal, especialmente con los Naranjeros, de quien diría, como lo anoté ayer, en su primera rueda de prensa “Tengo el mejor barco de la compañía”. Sin embargo, Hermosillo lograría el tercer lugar del circuito.
Recomendó a Sergio Robles
Precisamente estando en Nogales, Miñoso recomendó con gran entusiasmo a un jovencito que había conocido en lo que era en esos días la Norte de México, un receptor de Nogales que “estaba quemando la liga” y que se llamaba Sergio Robles.
Reynoso no la pensó dos veces, se trasladó hacia Caborca donde estaba jugando para que estampara su firma para la campaña del 67-68.
Pero fíjate Jesús: a Sergio lo firmamos por su excelente bateo y no por su defensiva, aspecto que le distinguió finalmente en toda su carrera”.
La temporada del debut de Robles, todavía Fausto Soto Silva no lo bautizaba como “Kalimán”, el receptor titular Naranja, Juan de Dios Villarreal, ya no estuvo en el equipo, por lo que Miñoso le dio de inmediato la oportunidad al nativo de Magdalena…
“Y la historia que siguió en torno a su trayectoria ya la sabemos, al grado de llegar a la Gran Carpa y hoy tener un nicho de oro en el Salón de la Fama del Béisbol en México.
¿Y cómo era Orestes cuando estuvo aquí en esa época?, le pregunté a Higinio?
“Educado, decente, caballero, “y un alma de Dios”. Incluso, pregúntame si le gustaba el baile. Llegó con su señora, muy guapa y cuando la llevaba al “Fernando M. Ortiz” “alborotaba toda la gallera” en el graderío”.
También fue cátcher
También acude a su memoria para decirnos que cuando se lesionaron Sergio Robles y Juan Antonio Chan, dos o tres veces jugó en la receptoría.
“Imagínate recibirle a Felipe Leal, quien tiraba “lumbre”… y pues ahí también demostró su valentía como pelotero. Y es que catcharle a Felipe, no cualquiera, pero Miñoso lo hizo y muy bien”.
Esa temporada Orestes Miñoso fue el campeón bat con .343, quitándole la racha de seis títulos consecutivos a Espino, quien se quedó con .338.
Hermosillo tuvo a su mejor pítcher en Alfredo Ortiz (12-6 y 2.70), quien también jugó como jardinero y bateador emergente. Jay Carden también tuvo buenos números (11-6 y 2.53)… y párele de contar.
¡Cinco décadas!
Para concluir y así ya disponernos a gozar las incidencias de la final de la LMP Yaquis-Venados (¡Llegó a cuatro finales consecutivas!), mire usted:
Tras su retiro oficial de las Grandes Ligas el 5 de julio de 1964 con los Medias Blancas, reapareció como atracción de taquilla con los Patiblancos en 1976 y 1980, un privilegio que posteriormente le fue negado dos veces, la última de ellas en 1992.
Recordemos: El sábado 11 de septiembre de 1976, salió al campo como BD ante Frank Tanana de los Angelitos de California y se fue de 3-0.
Al día siguiente se convirtió a los 53 años de edad, en el toletero más viejo en conectar un hit en el Gran Circo, al dispararle un sencillo hacia el jardín izquierdo al zurdo mexicano Sid Monge, en el primero de una doble cartelera.
Luego en octubre de 1980, se unió al serpentinero zurdo Nick Altrock, como los únicos en actuar en cinco décadas diferentes en ese béisbol.
Esa vez bateó como emergente en la novena entrada contra Tanana y pegó un elevado de foul a las manos del receptor Dave Skaggs. Al siguiente encuentro empuñó nuevamente la majagua como emergente, roleteando a la tercera base.
Otro intento
En 1992, en otro gran intento por volver a jugar, el comisionado Fay Vincent le negó el permiso de ver acción en seis décadas, pero tres meses después, el presidente de la Liga Americana Bobby Brown, lo autorizó para que jugara el 30 de septiembre de esa temporada.
Sin embargo, los Medias Blancas decidieron que no lo hiciera por miedo a que sufriera una lesión grave.
Con todo y ello, se fue a una Liga Independiente y ahí tuvos dos oportunidades de oro… y a la historia:
Al año siguiente, en 1993, con rola al pítcher bateando de emergente con los Santos de San Paul, de la Northern League, pasó a ser el segundo ¡en jugar en seis décadas! junto a Hube Kittle, quien había lanzado en las Ligas Menores desde 1930 y que en 1980, siendo entrenador del Springfield en la Asociación Americana, había lanzado ya a los 63.
Pero eso no fue todo.
El legendario Miñoso, a los 80 años de edad, se convirtió el miércoles 16 de julio de 2003, en el primer y posiblemente último jugador en participar en siete décadas distintas.
Para lograr su hazaña vistió nuevamente la franela de los Santos de San Paul, actuando de nuevo como bateador designado.
Y… ya.
Hoy, Orestes “Minnie” Miñoso es el encargado de Deportes en el Hospital Psiquiátrico de la Habana, Cuba.
Caray.
Desde aquí, mis respetos y un abrazote.
El gran short y tercera base estaba ese año en funciones de Gerente General del equipo capitalino cuando se decidió que el cubano nativo de Perico, Cuba, se convirtiera en mánager y jugador.
Higinio nos dijo en detalle aquellos momentos:
Recordó que Miñoso llegó procedente de Chicago a Nogales, Arizona, donde estuvo alrededor de una semana arreglando los papeles migratorios para entrar al país, por lo que se trasladó hacia esa ciudad para lograr ahí mismo la firma de su contrato.
Cita que al “Minnie” le encantó la idea de venir a nuestro béisbol invernal, especialmente con los Naranjeros, de quien diría, como lo anoté ayer, en su primera rueda de prensa “Tengo el mejor barco de la compañía”. Sin embargo, Hermosillo lograría el tercer lugar del circuito.
Recomendó a Sergio Robles
Precisamente estando en Nogales, Miñoso recomendó con gran entusiasmo a un jovencito que había conocido en lo que era en esos días la Norte de México, un receptor de Nogales que “estaba quemando la liga” y que se llamaba Sergio Robles.
Reynoso no la pensó dos veces, se trasladó hacia Caborca donde estaba jugando para que estampara su firma para la campaña del 67-68.
Pero fíjate Jesús: a Sergio lo firmamos por su excelente bateo y no por su defensiva, aspecto que le distinguió finalmente en toda su carrera”.
La temporada del debut de Robles, todavía Fausto Soto Silva no lo bautizaba como “Kalimán”, el receptor titular Naranja, Juan de Dios Villarreal, ya no estuvo en el equipo, por lo que Miñoso le dio de inmediato la oportunidad al nativo de Magdalena…
“Y la historia que siguió en torno a su trayectoria ya la sabemos, al grado de llegar a la Gran Carpa y hoy tener un nicho de oro en el Salón de la Fama del Béisbol en México.
¿Y cómo era Orestes cuando estuvo aquí en esa época?, le pregunté a Higinio?
“Educado, decente, caballero, “y un alma de Dios”. Incluso, pregúntame si le gustaba el baile. Llegó con su señora, muy guapa y cuando la llevaba al “Fernando M. Ortiz” “alborotaba toda la gallera” en el graderío”.
También fue cátcher
También acude a su memoria para decirnos que cuando se lesionaron Sergio Robles y Juan Antonio Chan, dos o tres veces jugó en la receptoría.
“Imagínate recibirle a Felipe Leal, quien tiraba “lumbre”… y pues ahí también demostró su valentía como pelotero. Y es que catcharle a Felipe, no cualquiera, pero Miñoso lo hizo y muy bien”.
Esa temporada Orestes Miñoso fue el campeón bat con .343, quitándole la racha de seis títulos consecutivos a Espino, quien se quedó con .338.
Hermosillo tuvo a su mejor pítcher en Alfredo Ortiz (12-6 y 2.70), quien también jugó como jardinero y bateador emergente. Jay Carden también tuvo buenos números (11-6 y 2.53)… y párele de contar.
¡Cinco décadas!
Para concluir y así ya disponernos a gozar las incidencias de la final de la LMP Yaquis-Venados (¡Llegó a cuatro finales consecutivas!), mire usted:
Tras su retiro oficial de las Grandes Ligas el 5 de julio de 1964 con los Medias Blancas, reapareció como atracción de taquilla con los Patiblancos en 1976 y 1980, un privilegio que posteriormente le fue negado dos veces, la última de ellas en 1992.
Recordemos: El sábado 11 de septiembre de 1976, salió al campo como BD ante Frank Tanana de los Angelitos de California y se fue de 3-0.
Al día siguiente se convirtió a los 53 años de edad, en el toletero más viejo en conectar un hit en el Gran Circo, al dispararle un sencillo hacia el jardín izquierdo al zurdo mexicano Sid Monge, en el primero de una doble cartelera.
Luego en octubre de 1980, se unió al serpentinero zurdo Nick Altrock, como los únicos en actuar en cinco décadas diferentes en ese béisbol.
Esa vez bateó como emergente en la novena entrada contra Tanana y pegó un elevado de foul a las manos del receptor Dave Skaggs. Al siguiente encuentro empuñó nuevamente la majagua como emergente, roleteando a la tercera base.
Otro intento
En 1992, en otro gran intento por volver a jugar, el comisionado Fay Vincent le negó el permiso de ver acción en seis décadas, pero tres meses después, el presidente de la Liga Americana Bobby Brown, lo autorizó para que jugara el 30 de septiembre de esa temporada.
Sin embargo, los Medias Blancas decidieron que no lo hiciera por miedo a que sufriera una lesión grave.
Con todo y ello, se fue a una Liga Independiente y ahí tuvos dos oportunidades de oro… y a la historia:
Al año siguiente, en 1993, con rola al pítcher bateando de emergente con los Santos de San Paul, de la Northern League, pasó a ser el segundo ¡en jugar en seis décadas! junto a Hube Kittle, quien había lanzado en las Ligas Menores desde 1930 y que en 1980, siendo entrenador del Springfield en la Asociación Americana, había lanzado ya a los 63.
Pero eso no fue todo.
El legendario Miñoso, a los 80 años de edad, se convirtió el miércoles 16 de julio de 2003, en el primer y posiblemente último jugador en participar en siete décadas distintas.
Para lograr su hazaña vistió nuevamente la franela de los Santos de San Paul, actuando de nuevo como bateador designado.
Y… ya.
Hoy, Orestes “Minnie” Miñoso es el encargado de Deportes en el Hospital Psiquiátrico de la Habana, Cuba.
Caray.
Desde aquí, mis respetos y un abrazote.
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