Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
Jarubio@guaymas.uson.mx
Alfonso “La Tuza” Ramírez fue uno de los más grandes pitchers mexicanos de su época y por supuesto que tenía talento y capacidad para haberse instalado en el mejor béisbol del mundo.
Fue un lanzador de extraordinaria velocidad y gran curveador, convirtiéndose en su tiempo en un verdadero ídolo de la afición.
Tuvo cuatro oportunidades de llegar a la Gran Carpa, pero diferentes motivos se lo impidieron.
En 1949, por ejemplo, el equipo de Dallas de la Liga de Texas le hizo una oferta. Sin embargo, el orgullo de La Barca, Jalisco, decidió cumplir su contrato con los Rojos del México en la Liga Mexicana.
En aquella década, “La Tuza” fue grande entre grandes tanto en invierno con Culiacán en la Costa del Pacífico, como en el verano con el México y luego con los Charros de Jalisco.
El 2007 hice una encuesta sobre los más grandes equipos de Todos los Tiempos y fue en el correspondiente al Antiguo quedó “La Tuza” Ramírez.
En ese poderoso staff de pitcheo quedó al lado de Daniel “La Coyota” Ríos, Jesús “Cochihuila” Valenzuela, Panchillo Ramírez, Manuel “Ciclón” Echeverría, Fernando “Cocuite” Barradas y Alberto Romo Chávez.
Los demás integrantes fueron: Guillermo “Huevito” Alvarez (SS), José Luis “Chile” Gómez, (2B), Angel Castro (1B), Pedro “Charrascas” Ramírez (JI), Felipe “El Clipper” Montemayor (JC), Epitacio “La Mala” Torres (JD), Luis “Molinero Montes de Oca (3B) y Bernardo López (C). Mánager: Manuel “Shorty” Arroyo. Coach: Ernesto Carmona.
Los mejores
Entre el 40 y 50, los mejores lanzadores mexicanos de la época lo fueron, “La Tuza”, Daniel “La Coyota” Ríos y Tomás “El Piyuyo” Arroyo, quienes en el 49-50 tuvieron el privilegio de lanzar para Culiacán y llevarse el banderín ante Los Mochis en la inolvidable Liga de la Costa.
“La Tuza” se ubicó a la altura del “Venado Mayor”, Daniel Ríos, quien con Mazatlán se convirtió en el primer lanzador en llegar a cien triunfos en la Liga de la Costa, imponiendo incluso marca de 17 triunfos en una campaña.
Otro gran contemporáneo suyo lo fue Memo Luna, quien cuando menos lanzó un partido con los Cardenales de San Luis para nunca volver a hacerlo al lastimarse el brazo.
¿Por qué “La Tuza”?
Su registro de oro en el Recinto Sagrado con sede en Monterrey, nos dice que su nombre de pila fue José Concepción Ramírez Trujillo y que desde temprana edad comenzó a destacar jugando béisbol con equipos juveniles.
“Su padre quería que fuera talabartero, pero él prefirió dedicarse al deporte rey... e incluso, curiosamente cambió su nombre por el de ¡Alfonso!...”…¡quién sabe por qué!
En 1938 trabajó en la Compañía Perforadora “La Tuza” y jugó con el equipo de esa empresa donde ganaba muchos juegos.
Por ello pronto iba llamar la atención ganándose el reconocimiento de la fanaticada, la que comenzaría a llamarle con ese apodo que comenzaría a hacerse famoso a partir de que Ernesto Carmona, el mánager y dueño de los Rojos del México, lo invitó en 1942.
Como los toreros: ¡paseado en hombros!
Con los Rojos del México (más tarde Diablos Rojos), fue todo un ídolo a partir de su arribo en la temporada del 42, recordándose memorables victorias sobre los Azules de Veracruz y Sultanes de Monterrey.
Cuando su debut logró con su brazo derecho, todo corazón y entrega, par de victorias, una de ellas contra los Azules de Jorge Pasquel, ganándoles en ruta completa al son de 6-5.
Otro gran triunfo de “La Tuza” vendría al año siguiente frente a los Industriales de Monterrey de Lázaro Salazar. Fue un dramático triunfo de 1-0 ante “La Coyota” Ríos con un hit de oro en la novena de José Luis “Chile” Gómez.
Y mire usted: en ambas ocasiones fue sacado en hombros por los aficionados, paseándolo desde el Parque Delta hasta el hotel, por las calles de la ciudad de México, ¡algo insólito!
Serie Mundial Amateur
En 1944 formó parte del equipo México que compitió en la que se llamó Serie Mundial Amateur de 1944 celebrada en Caracas, Venezuela en la que participaron otros países como Cuba, Panamá y Dominicana, equipos tan fuertes que le permitieron a México alinear profesionales.
Y fue ese año cuando México tuvo a su mejor equipo representativo en ese clase de competencias internacionales al alinear a Beto Avila, Kelo Cruz, Bernardo López, Luis Molinero Montes de Oca, Héctor Leal, Jesús “Chanquilón” Díaz, así como los estelares del pitcheo Francisco Alcaraz, Manuel “Ciclón” Echeverría, Juan Guerrero, Guadalupe Ortegón… y “La Tuza” Ramírez.
“La Tuza” le ganaría un partido a Panamá y en la serie final perdió el título ante los venezolanos. José Luis “Chile” Gómez fue el timón del equipo azteca.
En la Liga Nacional
En la temporada de 1945 “La Tuza” sorprendió al equipo Rojo, la afición y al mismo Carmona cuando tomó la decisión de irse a lanzar en busca de un mejor sueldo a la Liga Nacional.
Se integró al equipo de Torreón que había abandonado la Liga Mexicana para, al igual que otras plazas, buscar nuevos horizontes en lo que fue la segunda campaña de aquel circuito.
El equipo lagunero dirigido por Salvador Benavides fue el campeón de la Liga y ahí “La Tuza” en seis juegos tuvo marca de 1-1 jugando al lado de Jesús “Chanquilón” Díaz, Manolo Fortes, López Roqueiro, Guadalupe Ortegón, Laureano Camacho, entre otros. Al siguiente año retornó al México (8-7).
La enorme temporada del 49
Sus grandes años, bajo la dirección de Ernesto Carmona, fueron del 48 al 50, cuando ganó 14, 17 y 12 partidos.
En 1948 fue cuando Ray “Mamerto” Dandrige estableció el récord para aquella época de 35 juegos consecutivos conectando de hit, en tanto “La Tuza” brillaba con 14 triunfos.
A la siguiente campaña, el 49, tendría su mejor año con 17-13, 129 ponches y una efectividad de 2.35 (campeón) y 6 lechadas. Ese año también impuso marca de ceros seguidos con 41.
La “Tuza” Ramírez logró con el México 93-91 con 20 blanqueadas y en el 51 llegó a los Charros de Jalisco para sus dos últimas campañas, con 12 y 9 éxitos. Esa vez no cometió error alguno y fue el mejor en su posición.
En el famoso “cambalache” llegaron al México el jardinero Alfredo “Moscón” Jiménez, el pitcher Vicente “Corazón” Torres y el tercera base Luis “El Texano” Castro. Imagínese: ¡al 3 por 1!
Páginas inolvidables en la Costa
En el béisbol de invierno, Alfonso “La Tuza” Ramírez también escribió páginas por demás brillantes como todo un estelar del pitcheo de Culiacán.
Su historial, lo confirma:
Cuando su debut en la temporada de 1945-46, perdió 11 juegos pero fue el campeón en ponches con 78 abanicados.
Tuvo el privilegio de participar en su primer Juego de Estrellas en donde Sinaloa le ganó 11-6 al equipo representativo de Sonora.
En aquel seleccionado, estaban ni más ni menos que “La Coyota” Ríos, Manolo Fortes, Chema Castro, Kilo Martínez, James Steiner, Manuel Magallón, Chino Llamas, Pepe Gutiérrez, Carlos Regalado, Vinicio García, Manuel Morales y Lupe Ríos.
Jugó al lado de grandes “monstruos” de la época, integrando uno de los equipos más ganadores y que más campeonatos obtuviera en esos años:
Con los Tacuarineros brilló junto a los “Huevito” Álvarez, Tomás Arroyo, Jack Graham, Luke Easter, “Caliquín” Gómez, “Negro” Morales, “Pepino” Azamar, “Pargo” Bookman y varios más que ayudaron al equipo tripulado por Manuel “Shorty” Arroyo a obtener tres campeonatos y la mitad de uno más nunca reconocido.
En el 47 se fue a jugar a la isla cubana con el nuevo equipo, Cuba, dirigido por Napoleón Reyes y Adolfo Luque, siendo Basilio “Brujo” Rosell uno de los coaches. Ahí estaba Beto Avila.
Cuando retornó a los Tacuarineros, mostró de nuevo su grandeza al imponer marca de 33.1 entradas sin permitir carrera.
Al siguiente año, en la campaña del 48-49, Culiacán se coronó campeón y “La Tuza” ayudó en grande con 15 triunfos. Uno de sus compañeros de pitcheo fue Mike “El Oso” García, quien después sería un estelar con los Indios de Cleveland en la época de Beto Avila.
Ganador por excelencia
En el 49-50 fue el máximo ganador del circuito invernal con 16-5 y fue el JMV del circuito, ayudando a Culiacán a ser el campeón en gran final ante Mochis.
A la siguiente repitió convirtió en el principal ganador del equipo con 13-6 y el mejor en ganados y perdidos de la Liga. Fue el año en que Guaymas no se presentó a la final ante Culiacán… no hubo campeón.
Dos veces fue líder en blanqueadas con 4 y 6. También una ocasión fue líder en innings lanzados, con 188.
Fue gran bateador y fildeador; como pitcher, acostumbraba a terminar todos sus partidos. Por ejemplo, en la campaña del 49 con Culiacán, ¡terminó sus 21 partidos!
Se retiró del circuito invernal en la temporada 51-52 con 12-5, habiendo visto acción en todos los Juegos de Estrellas, toda una hazaña.
En los últimos años de su vida trabajó con los jóvenes de la región de Jalisco; incluso participó en el extinto Parque del Seguro Social en un “Juego del Recuerdo”.
El adiós...
Pero, todo tiene un final.
La noche del domingo 19 de septiembre de 2004, víctima del cáncer de próstata, Alfonso “La Tuza” Ramírez iba a fallecer a la edad de 84 años en Guadalajara, Jalisco.
Había estado internado varios meses en un hospital de Guadalajara, antes de ser trasladado a la casa de su hija Marcela, donde murió alrededor de las 22:20.
Sus restos fueron trasladados a La Barca, Jalisco, donde fue velado, y el pasado martes fue sepultado en el poblado que lo vio nacer el 8 de diciembre de 1919.
A “La Tuza” le sobreviven su esposa María de los Ángeles Corona, y tres hijos, además de cinco nietos.
Se fue al viaje eterno otro grandes del pitcheo mexicano de todos los tiempos; un estelar del montículo en el verano logró 93-91 y en el invierno 73-41 en ganados y perdidos.
Se apagó físicamente una estrella del firmamento beisbolero, pero que quedará en el recuerdo eterno, además de que ya ocupa, desde 1984, un nicho de oro en el Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México.
Fue un lanzador de extraordinaria velocidad y gran curveador, convirtiéndose en su tiempo en un verdadero ídolo de la afición.
Tuvo cuatro oportunidades de llegar a la Gran Carpa, pero diferentes motivos se lo impidieron.
En 1949, por ejemplo, el equipo de Dallas de la Liga de Texas le hizo una oferta. Sin embargo, el orgullo de La Barca, Jalisco, decidió cumplir su contrato con los Rojos del México en la Liga Mexicana.
En aquella década, “La Tuza” fue grande entre grandes tanto en invierno con Culiacán en la Costa del Pacífico, como en el verano con el México y luego con los Charros de Jalisco.
El 2007 hice una encuesta sobre los más grandes equipos de Todos los Tiempos y fue en el correspondiente al Antiguo quedó “La Tuza” Ramírez.
En ese poderoso staff de pitcheo quedó al lado de Daniel “La Coyota” Ríos, Jesús “Cochihuila” Valenzuela, Panchillo Ramírez, Manuel “Ciclón” Echeverría, Fernando “Cocuite” Barradas y Alberto Romo Chávez.
Los demás integrantes fueron: Guillermo “Huevito” Alvarez (SS), José Luis “Chile” Gómez, (2B), Angel Castro (1B), Pedro “Charrascas” Ramírez (JI), Felipe “El Clipper” Montemayor (JC), Epitacio “La Mala” Torres (JD), Luis “Molinero Montes de Oca (3B) y Bernardo López (C). Mánager: Manuel “Shorty” Arroyo. Coach: Ernesto Carmona.
Los mejores
Entre el 40 y 50, los mejores lanzadores mexicanos de la época lo fueron, “La Tuza”, Daniel “La Coyota” Ríos y Tomás “El Piyuyo” Arroyo, quienes en el 49-50 tuvieron el privilegio de lanzar para Culiacán y llevarse el banderín ante Los Mochis en la inolvidable Liga de la Costa.
“La Tuza” se ubicó a la altura del “Venado Mayor”, Daniel Ríos, quien con Mazatlán se convirtió en el primer lanzador en llegar a cien triunfos en la Liga de la Costa, imponiendo incluso marca de 17 triunfos en una campaña.
Otro gran contemporáneo suyo lo fue Memo Luna, quien cuando menos lanzó un partido con los Cardenales de San Luis para nunca volver a hacerlo al lastimarse el brazo.
¿Por qué “La Tuza”?
Su registro de oro en el Recinto Sagrado con sede en Monterrey, nos dice que su nombre de pila fue José Concepción Ramírez Trujillo y que desde temprana edad comenzó a destacar jugando béisbol con equipos juveniles.
“Su padre quería que fuera talabartero, pero él prefirió dedicarse al deporte rey... e incluso, curiosamente cambió su nombre por el de ¡Alfonso!...”…¡quién sabe por qué!
En 1938 trabajó en la Compañía Perforadora “La Tuza” y jugó con el equipo de esa empresa donde ganaba muchos juegos.
Por ello pronto iba llamar la atención ganándose el reconocimiento de la fanaticada, la que comenzaría a llamarle con ese apodo que comenzaría a hacerse famoso a partir de que Ernesto Carmona, el mánager y dueño de los Rojos del México, lo invitó en 1942.
Como los toreros: ¡paseado en hombros!
Con los Rojos del México (más tarde Diablos Rojos), fue todo un ídolo a partir de su arribo en la temporada del 42, recordándose memorables victorias sobre los Azules de Veracruz y Sultanes de Monterrey.
Cuando su debut logró con su brazo derecho, todo corazón y entrega, par de victorias, una de ellas contra los Azules de Jorge Pasquel, ganándoles en ruta completa al son de 6-5.
Otro gran triunfo de “La Tuza” vendría al año siguiente frente a los Industriales de Monterrey de Lázaro Salazar. Fue un dramático triunfo de 1-0 ante “La Coyota” Ríos con un hit de oro en la novena de José Luis “Chile” Gómez.
Y mire usted: en ambas ocasiones fue sacado en hombros por los aficionados, paseándolo desde el Parque Delta hasta el hotel, por las calles de la ciudad de México, ¡algo insólito!
Serie Mundial Amateur
En 1944 formó parte del equipo México que compitió en la que se llamó Serie Mundial Amateur de 1944 celebrada en Caracas, Venezuela en la que participaron otros países como Cuba, Panamá y Dominicana, equipos tan fuertes que le permitieron a México alinear profesionales.
Y fue ese año cuando México tuvo a su mejor equipo representativo en ese clase de competencias internacionales al alinear a Beto Avila, Kelo Cruz, Bernardo López, Luis Molinero Montes de Oca, Héctor Leal, Jesús “Chanquilón” Díaz, así como los estelares del pitcheo Francisco Alcaraz, Manuel “Ciclón” Echeverría, Juan Guerrero, Guadalupe Ortegón… y “La Tuza” Ramírez.
“La Tuza” le ganaría un partido a Panamá y en la serie final perdió el título ante los venezolanos. José Luis “Chile” Gómez fue el timón del equipo azteca.
En la Liga Nacional
En la temporada de 1945 “La Tuza” sorprendió al equipo Rojo, la afición y al mismo Carmona cuando tomó la decisión de irse a lanzar en busca de un mejor sueldo a la Liga Nacional.
Se integró al equipo de Torreón que había abandonado la Liga Mexicana para, al igual que otras plazas, buscar nuevos horizontes en lo que fue la segunda campaña de aquel circuito.
El equipo lagunero dirigido por Salvador Benavides fue el campeón de la Liga y ahí “La Tuza” en seis juegos tuvo marca de 1-1 jugando al lado de Jesús “Chanquilón” Díaz, Manolo Fortes, López Roqueiro, Guadalupe Ortegón, Laureano Camacho, entre otros. Al siguiente año retornó al México (8-7).
La enorme temporada del 49
Sus grandes años, bajo la dirección de Ernesto Carmona, fueron del 48 al 50, cuando ganó 14, 17 y 12 partidos.
En 1948 fue cuando Ray “Mamerto” Dandrige estableció el récord para aquella época de 35 juegos consecutivos conectando de hit, en tanto “La Tuza” brillaba con 14 triunfos.
A la siguiente campaña, el 49, tendría su mejor año con 17-13, 129 ponches y una efectividad de 2.35 (campeón) y 6 lechadas. Ese año también impuso marca de ceros seguidos con 41.
La “Tuza” Ramírez logró con el México 93-91 con 20 blanqueadas y en el 51 llegó a los Charros de Jalisco para sus dos últimas campañas, con 12 y 9 éxitos. Esa vez no cometió error alguno y fue el mejor en su posición.
En el famoso “cambalache” llegaron al México el jardinero Alfredo “Moscón” Jiménez, el pitcher Vicente “Corazón” Torres y el tercera base Luis “El Texano” Castro. Imagínese: ¡al 3 por 1!
Páginas inolvidables en la Costa
En el béisbol de invierno, Alfonso “La Tuza” Ramírez también escribió páginas por demás brillantes como todo un estelar del pitcheo de Culiacán.
Su historial, lo confirma:
Cuando su debut en la temporada de 1945-46, perdió 11 juegos pero fue el campeón en ponches con 78 abanicados.
Tuvo el privilegio de participar en su primer Juego de Estrellas en donde Sinaloa le ganó 11-6 al equipo representativo de Sonora.
En aquel seleccionado, estaban ni más ni menos que “La Coyota” Ríos, Manolo Fortes, Chema Castro, Kilo Martínez, James Steiner, Manuel Magallón, Chino Llamas, Pepe Gutiérrez, Carlos Regalado, Vinicio García, Manuel Morales y Lupe Ríos.
Jugó al lado de grandes “monstruos” de la época, integrando uno de los equipos más ganadores y que más campeonatos obtuviera en esos años:
Con los Tacuarineros brilló junto a los “Huevito” Álvarez, Tomás Arroyo, Jack Graham, Luke Easter, “Caliquín” Gómez, “Negro” Morales, “Pepino” Azamar, “Pargo” Bookman y varios más que ayudaron al equipo tripulado por Manuel “Shorty” Arroyo a obtener tres campeonatos y la mitad de uno más nunca reconocido.
En el 47 se fue a jugar a la isla cubana con el nuevo equipo, Cuba, dirigido por Napoleón Reyes y Adolfo Luque, siendo Basilio “Brujo” Rosell uno de los coaches. Ahí estaba Beto Avila.
Cuando retornó a los Tacuarineros, mostró de nuevo su grandeza al imponer marca de 33.1 entradas sin permitir carrera.
Al siguiente año, en la campaña del 48-49, Culiacán se coronó campeón y “La Tuza” ayudó en grande con 15 triunfos. Uno de sus compañeros de pitcheo fue Mike “El Oso” García, quien después sería un estelar con los Indios de Cleveland en la época de Beto Avila.
Ganador por excelencia
En el 49-50 fue el máximo ganador del circuito invernal con 16-5 y fue el JMV del circuito, ayudando a Culiacán a ser el campeón en gran final ante Mochis.
A la siguiente repitió convirtió en el principal ganador del equipo con 13-6 y el mejor en ganados y perdidos de la Liga. Fue el año en que Guaymas no se presentó a la final ante Culiacán… no hubo campeón.
Dos veces fue líder en blanqueadas con 4 y 6. También una ocasión fue líder en innings lanzados, con 188.
Fue gran bateador y fildeador; como pitcher, acostumbraba a terminar todos sus partidos. Por ejemplo, en la campaña del 49 con Culiacán, ¡terminó sus 21 partidos!
Se retiró del circuito invernal en la temporada 51-52 con 12-5, habiendo visto acción en todos los Juegos de Estrellas, toda una hazaña.
En los últimos años de su vida trabajó con los jóvenes de la región de Jalisco; incluso participó en el extinto Parque del Seguro Social en un “Juego del Recuerdo”.
El adiós...
Pero, todo tiene un final.
La noche del domingo 19 de septiembre de 2004, víctima del cáncer de próstata, Alfonso “La Tuza” Ramírez iba a fallecer a la edad de 84 años en Guadalajara, Jalisco.
Había estado internado varios meses en un hospital de Guadalajara, antes de ser trasladado a la casa de su hija Marcela, donde murió alrededor de las 22:20.
Sus restos fueron trasladados a La Barca, Jalisco, donde fue velado, y el pasado martes fue sepultado en el poblado que lo vio nacer el 8 de diciembre de 1919.
A “La Tuza” le sobreviven su esposa María de los Ángeles Corona, y tres hijos, además de cinco nietos.
Se fue al viaje eterno otro grandes del pitcheo mexicano de todos los tiempos; un estelar del montículo en el verano logró 93-91 y en el invierno 73-41 en ganados y perdidos.
Se apagó físicamente una estrella del firmamento beisbolero, pero que quedará en el recuerdo eterno, además de que ya ocupa, desde 1984, un nicho de oro en el Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México.
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