Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx
En su época, Agustín Bejerano dominó en la Liga Mexicana la especialidad de estafas, concluyendo su enorme trayectoria con 313.
Fue llamado, recuerde, “El Hombre de los Pies Alados”.
Era todo un espectáculo verlo correr en los senderos y en su tiempo nadie mejor que él para robarse las bases.
Fue Antonio Briones, hoy serio candidato a ingresar al Recinto Sagrado con sede en Monterrey, quien en 1983 lo superó (314) jugando con los Indios de Cd. Juárez.
Briones se retiró con 490, la marca vigente en ese béisbol de verano.
“Pijini” fue líder en la especialidad el 38 y 39 con los Cafeteros de Córdoba (23 y 14).
En 1946 jugando con Nuevo Laredo, Bejerano se convirtió en el primer jugador con 47 estafas en una temporada.
El máximo es de 100 por Mike Cole, en 1989.
Además, “Pijini” lograba ese año su tercer título en dicho departamento.
El 48, con Monterrey, también fue monarca en esa especialidad, con 24.
Sobre .300
Bejerano también fue algo especial al bat:
En ocho campañas bateó sobre .300, y en su mejor año, como ya lo cité en el capítulo anterior, logró .404 con el Aguila en 1937.
Su promedio global en 16 años fue de .312.
Jugó con siete equipos campeones:
Águila en el 37; Córdoba, Azules del Veracruz (dos veces), Monterrey (47 y 48; casi le toca el tricampeonato, pero en 1949 regresó a Nuevo Laredo) y Torreón.
En la Liga de la Costa del Pacífico jugó para Guaymas, Obregón, Culiacán, Mazatlán y Guadalajara.
Fue en 1973 cundo por sus altos méritos “en campañas”, ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano junto con “La Coyota”, Daniel Ríos, Roberto “Guajiro” Ortíz, Anuar Canavati, Lázaro Penagos y Manuel Oliveros.
Después, en 1997, también ingresó al Salón d ela Fama del Béisbol Cubano en Miami.
Mis respetos.
¡Qué hubiera dado por haberlo visto jugar!
Fue de esos peloteros por los que valía la pena pagar el boleto de entrada al parque de pelota, sí señor.
Jugadores de alcurnia, toda entrega en espíritu y enorme calidad.
Cuando menos, a través del rico imaginativo y el traslado a la memoria al lado de otros grandes de su época, lo tengo muy presente.
El inolvidable “Pijini” murió en Cd. Madero, Tamaulipas, el 6 de Noviembre en 1973.
Se iba ese día otra gloria del béisbol cubano que se hizo mexicano por adopción.
¡Loa al famoso “Pijini” Bejerano!
Fue llamado, recuerde, “El Hombre de los Pies Alados”.
Era todo un espectáculo verlo correr en los senderos y en su tiempo nadie mejor que él para robarse las bases.
Fue Antonio Briones, hoy serio candidato a ingresar al Recinto Sagrado con sede en Monterrey, quien en 1983 lo superó (314) jugando con los Indios de Cd. Juárez.
Briones se retiró con 490, la marca vigente en ese béisbol de verano.
“Pijini” fue líder en la especialidad el 38 y 39 con los Cafeteros de Córdoba (23 y 14).
En 1946 jugando con Nuevo Laredo, Bejerano se convirtió en el primer jugador con 47 estafas en una temporada.
El máximo es de 100 por Mike Cole, en 1989.
Además, “Pijini” lograba ese año su tercer título en dicho departamento.
El 48, con Monterrey, también fue monarca en esa especialidad, con 24.
Sobre .300
Bejerano también fue algo especial al bat:
En ocho campañas bateó sobre .300, y en su mejor año, como ya lo cité en el capítulo anterior, logró .404 con el Aguila en 1937.
Su promedio global en 16 años fue de .312.
Jugó con siete equipos campeones:
Águila en el 37; Córdoba, Azules del Veracruz (dos veces), Monterrey (47 y 48; casi le toca el tricampeonato, pero en 1949 regresó a Nuevo Laredo) y Torreón.
En la Liga de la Costa del Pacífico jugó para Guaymas, Obregón, Culiacán, Mazatlán y Guadalajara.
Fue en 1973 cundo por sus altos méritos “en campañas”, ingresó al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano junto con “La Coyota”, Daniel Ríos, Roberto “Guajiro” Ortíz, Anuar Canavati, Lázaro Penagos y Manuel Oliveros.
Después, en 1997, también ingresó al Salón d ela Fama del Béisbol Cubano en Miami.
Mis respetos.
¡Qué hubiera dado por haberlo visto jugar!
Fue de esos peloteros por los que valía la pena pagar el boleto de entrada al parque de pelota, sí señor.
Jugadores de alcurnia, toda entrega en espíritu y enorme calidad.
Cuando menos, a través del rico imaginativo y el traslado a la memoria al lado de otros grandes de su época, lo tengo muy presente.
El inolvidable “Pijini” murió en Cd. Madero, Tamaulipas, el 6 de Noviembre en 1973.
Se iba ese día otra gloria del béisbol cubano que se hizo mexicano por adopción.
¡Loa al famoso “Pijini” Bejerano!
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